UN INGLÉS VINO A BILBAO
Un inglés vino a Bilbao,
por ver la ría y el mar,
pero al ver las bilbainicas,
ya no se quiso marchar.
¡Y dijo...!
¿Qué dijo?
Vale más una bilbainica,
con su cara bonita,
con su gracia y su sal,
con su gracia y su sal,
que todas las americanas.
con su inmenso caudal,
con su inmenso caudal,
con su inmenso caudal.