DESDE SANTURCE A BILBAO

 
Desde Santurce a Bilbao
vengo por toda la orilla,
con la falda remangada
luciendo la pantorrilla,
vengo deprisa y corriendo
porqué me aprieta el corsé,
voy gritando por las calles:
 
¡Quien compra!
sardina fresca es.
Mis sardinitas
que ricas son,
son de Santurce
las traigo yo.
 
La del primero me llama
la del segundo también,
la del tercero me dice:
¿ a cuanto las vende usted?
Si yo le digo que a cuatro,
y ella me dice que a tres,
cojo la cesta y me marcho,
 
¡Quien compra!
sardina fresca es.
Mis sardinitas
que ricas son,
son de Santurce
las traigo yo.